Regalo de Dios
Escuché el testimonio de Malala Yousafzai, una joven activista pakistaní, a favor de los derechos civiles. Me impactó la frase que usó:
“Mi padre me dio el nombre, pero no me hizo quien soy”.
Los padres dan el nombre, pero Dios es el que forma al nuevo ser. Lo forma por dentro y por fuera: su espíritu, alma y cuerpo. Sus características físicas, su temperamento, cualidades, dones, llamado. Todo lo eligió Dios a Su gusto y con sumo cuidado. Hizo Su obra maestra en cada uno de nosotros.
Salmo 139:16 Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas, que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
¿Qué más nos dice la Palabra con respecto a los hijos?
Veamos el Salmo 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre”.
Herencia quiere decir “regalo”. Los hijos son el mejor regalo, como lo dice el Salmo 127.
El fruto del vientre es nuestra recompensa. A esa recompensa, hay que darle un cuidado especial. No es correcto dedicarle el tiempo que nos sobra, ni tampoco basta darles una hora de vez en cuando.
A veces escucho decir que más vale la calidad que la cantidad. Pero en realidad, las dos cosas son importantes. ¿La razón? Para el niño pequeño, la palabra AMOR se deletrea de esta manera: T-I-E-M-P-O.
Debemos darle un tiempo especial. Recordemos que crecen rápido y pronto se irán de la casa. Es mejor aprovechar el tiempo que los tengamos a nuestro lado, antes que lamentarlo cuando ya no estén con nosotros.
En general, el ser humano es mucho más valioso que las actividades o trabajo que tengamos que hacer. Cuánto más lo son los hijos. Claro, que no vamos a dejar de trabajar, sino que, seamos disciplinados y separemos un tiempo especial para ellos.
Lo que dijo Malala, es muy cierto. A veces los padres olvidan que ellos no los han creado como son; sino que ya vienen así de fábrica. El Señor, Dios altísimo, los diseñó de manera tan especial, que no se parecen a nadie. Son únicos; todos nosotros lo somos.
Algunos padres, piensan que los hijos son extensión de ellos, y los hacen seguir la carrera que ellos (los padres), no pudieron estudiar.
He sido testigo de la frustración de una jovencita, quien llorando, me perseguía para que la aprobara un curso que había rendido mal. Ella me decía:
“Es que mi madre, me obliga a estudiar esta carrera, pero a mí no me gusta”.
Se acerca el día de la madre y quiero que sepas mamá, que tus hijos son un “encargo” y “entrega especial” de Dios, para que los cuides, los atiendas, y los eduques.
La tarea del colegio es capacitar, no educar. La educación empieza y termina en la casa.
CONCLUSIÓN
Tienes una responsabilidad grande y bella. Eres madre por partida doble, al darlos a luz y también formar en ellos una herencia que glorifique al Señor (descendencia para Dios – Malaquías 2:15).
Madre…
Que puedas ver a los hijos de tus hijos, hasta la 4ta generación (Job 42:16)
Que Dios aumente bendición sobre ti y sobre tus hijos (Salmo 115:14)
Que tus hijos sean tu defensa, como saeta en manos del guerrero (Salmo 127:4)
Que tus hijos sean como plantas de olivo alrededor de tu mesa (Salmo 128:3b)
Que el temor de Dios sea tu fuerte confianza y esperanza para tus hijos (Prov.14:26)
Que tus hijos sean dichosos porque tú caminas en integridad (Prov.20:7)
Que tus hijos se levanten y te bendigan (Prov. 31:28)
Que Dios te ayude a formarlos en el temor de Él y que te dé la satisfacción de disfrutar de tus hijos, aún cuando ya sean grandes.
Fuente: http://algoparapensar.com/
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