Hay
muchas costumbres o mañas, que pueden ser letales para un matrimonio.
Las costumbres son hábitos de comportamiento en la vida regular
de las personas, que pueden ser positivos o negativos. Todo matrimonio tiene
hábitos buenos y malos. Pero cada matrimonio debe esforzarse por mantener y
reforzar los buenos hábitos e ir desechando los malos. Entre más positivo sea
el balance de hábitos más saludable será el matrimonio.
La mayoría de costumbres buenas o malas, las aprendemos desde
niños en medio de la convivencia familiar y del ambiente en que nos
desarrollamos.
Algunos cónyuges tienen por ejemplo la mala costumbre de criticar y juzgar a su pareja constantemente. Es como si estuvieran atentos a cada falla de su cónyuge para criticarle, reclamarle y hasta condenarle. Esta costumbre es destructora de matrimonios, ya que por lo general el cónyuge afectado termina cansándose de esa actitud y reacciona negativamente.
Algunos cónyuges tienen por ejemplo la mala costumbre de criticar y juzgar a su pareja constantemente. Es como si estuvieran atentos a cada falla de su cónyuge para criticarle, reclamarle y hasta condenarle. Esta costumbre es destructora de matrimonios, ya que por lo general el cónyuge afectado termina cansándose de esa actitud y reacciona negativamente.
En la Comunicación, hay personas que tienen la costumbre de
gritar constantemente, lo cual bloquea la comunicación. Hay personas que
tienden a asumir los pensamientos del cónyuge y se indisponen porque creen
saber lo que el cónyuge está pensando.
Podríamos enumerar un sinfín de costumbres que afectan los
matrimonios. Hay costumbres que quizás para uno no son molestas, pero lo son
para el otro y entonces deben respetarse. Los esposos deben abrir el corazón y
dejarse saber mutuamente con respeto y suavidad, que costumbres del otro le
molestan con el único propósito de informar, para que el otro lo sepa y tome la
decisión por si solo(a) de cambiar esas costumbres que le hacen sentir mal a su
pareja. No por presión, sino por convicción.
No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres. 1 Cor 15:33.
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que
tenéis ahora; porque EL dijo: No te dejaré ni te desampararé. Hebreos 13:5
La primera y más importante
costumbre que debe tener todo matrimonio es procurar una relación permanente
con nuestro Padre Celestial. O sea, que ambos tomen la decisión de leer la Bibliajuntos, orar juntos,
asistir regularmente a la Iglesia y practicar la obediencia a la palabra de
Dios.
Segundo, deben tomar la decisión de desarrollar hábitos de
compartir juntos, afirmarse mutuamente, pensar diariamente en que podemos hacer
para el bienestar de nuestro cónyuge. La misión más importante de cada cónyuge
en el matrimonio es encargarse del bienestar del otro. Esto debe convertirse en
un poderoso hábito de vida en el Matrimonio que les va a dar excelentes
beneficios a la relación y a la familia.
Tomen la decisión hoy mismo de cambiar esas malas costumbres en
el matrimonio y desarrollar nuevos hábitos de beneficio y bendición para tu
familia.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te
ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernández
www.libresparaamar.org
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