ESTUDIOS BIBLICOS SOBRE COMO TENER UNA FAMILIA EJEMPLAR, MATRIMONIOS, HIJOS,PAREJAS,
¡Decisiones y más decisiones!
Era un día muy soleado. La brisa que entraba por la ventana hizo más tolerable el día caluroso. Pero pronto aparecieron nubes oscuras, y la brisa cambió en un viento fuerte. Dentro de poco caía un aguacero con rayos y fuertes truenos. La pequeña Berta se escondió debajo de la cama, temblando de miedo.
—¿Dónde estás, Berta? —la llamó su mamá.
Tras oír unos sollozos, la mamá la encontró debajo de la cama. Con un abrazo cariñoso, la sentó en el regazo y le dijo:
—Nuestro Padre celestial tiene todas las cosas a su cuidado y no tenemos que temer. En los días de Jesús, los discípulos también le tuvieron miedo a una tempestad en el mar. Jesús les dijo que no temieran. La Biblia nos dice que él reprendió los vientos, y el mar se calmó.
—¡No, mi amor! ¡Por favor, no! No juegues afuera. Te vas a ensuciar y acabo de ponerte ropa limpia —dijo su mamá.
Pero el niño no quería hacer caso, y luego intentó de nuevo salir cuando creyó que la mamá no lo estaba viendo.
—¡No! ¡Yo te dije que no salieras! —Le gritó la mamá—. Afuera hay una vaca brava que te puede embestir.
Aquí tenemos dos ejemplos de madres que enfrentaron situaciones en las cuales tuvieron que tomar una decisión. En el primer caso, la madre tomó una buena decisión e hizo lo correcto. En el segundo caso, la madre tomó una mala decisión, la de mentirle a su hijo para que le obedeciera.
¡Decisiones y más decisiones! Nosotras, como madres, nos enfrentamos con muchas decisiones cada día. Algunas parecen tan insignificantes que poco pensamos cuando las tomamos. Pero, aunque hay algunas de poca importancia, otras traen consigo graves consecuencias. Es muy fácil tomar una decisión sin pensar en las consecuencias, y es por eso que debemos tener el cuidado necesario para tomar decisiones correctas.
Aunque el esposo es la cabeza del hogar, la esposa pasa mucho más tiempo con los niños. Es por eso que tenemos mucho que ver con el desarrollo del carácter de nuestros hijos. Las decisiones diarias que nosotras tomamos influyen mucho en el carácter de nuestros hijos.
¿Cuáles son las virtudes que debemos desarrollar en el carácter de los hijos? Primero, queremos que los hijos aprendan a confiar en Dios por sus necesidades, que aprendan a estar contentos, que guarden su lengua de malas palabras, que sean respetuosos, y que aprendan a ser honrados.
Veamos algunas decisiones que enfrentamos en la vida diaria.
Querida madre, ¿qué haces tú cuando tu hija quiere un vestido nuevo solamente porque su amiga tiene uno nuevo? ¿Crees que debes dárselo? Esto, más bien, te da una buena oportunidad para enseñarle a tu hija la importancia de ser agradecida y estar contenta con lo que tiene en vez de desear lo que otro tiene. Ayúdale a sentir gozo por el vestido de su amiga sin que ella tenga que recibir uno. La Biblia nos dice así: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (Timoteo 6:8). Como madre, tú tienes que tomar una decisión en tal caso.
Madre, ¿qué haces cuando tu hijo dice malas palabras? Quizá lo más fácil y rápido sería darle una bofetada y gritarle que así no se habla. Sin embargo, puedes tomar la decisión de aprovechar la oportunidad para mostrarle con la Biblia el mal que está haciendo.
En Efesios 4:29 nos dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la quesea buena”. Puedes enseñarle que nuestro hablar debe ser agradable a Dios. ¿Hablaría él de esa manera si Dios estuviera presente en cuerpo? ¡Por supuesto que no! Pero la realidad del caso es que Dios está presente, y a él no le agradan las malas palabras. Tú tienes que decidir cómo tratar este caso con tu hijo.
Cuales tuvieron que tomar una decisión. En el primer caso, la madre tomó una buena decisión e hizo lo correcto. En el segundo caso, la madre tomó una mala decisión, la de mentirle a su hijo para que le obedeciera.
¡Decisiones y más decisiones! Nosotras, como madres, nos enfrentamos con muchas decisiones cada día. Algunas parecen tan insignificantes que poco pensamos cuando las tomamos. Pero, aunque hay algunas de poca importancia, otras traen consigo graves consecuencias. Es muy fácil tomar una decisión sin pensar en las consecuencias, y es por eso que debemos tener el cuidado necesario para tomar decisiones correctas.
Aunque el esposo es la cabeza del hogar, la esposa pasa mucho más tiempo con los niños. Es por eso que tenemos mucho que ver con el desarrollo del carácter de nuestros hijos. Las decisiones diarias que nosotras tomamos influyen mucho en el carácter de nuestros hijos.
¿Cuáles son las virtudes que debemos desarrollar en el carácter de los hijos? Primero, queremos que los hijos aprendan a confiar en Dios por sus necesidades, que aprendan a estar contentos, que guarden su lengua de malas palabras, que sean respetuosos, y que aprendan a ser honrados.
Veamos algunas decisiones que enfrentamos en la vida diaria.
Querida madre, ¿qué haces tú cuando tu hija quiere un vestido nuevo solamente porque su amiga tiene uno nuevo? ¿Crees que debes dárselo? Esto, más bien, te da una buena oportunidad para enseñarle a tu hija la importancia de ser agradecida y estar contenta con lo que tiene en vez de desear lo que otro tiene. Ayúdale a sentir gozo por el vestido de su amiga sin que ella tenga que recibir uno. La Biblia nos dice así: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”(Timoteo 6:8). Como madre, tú tienes que tomar una decisión en tal caso.
Madre, ¿qué haces cuando tu hijo dice malas palabras? Quizá lo más fácil y rápido sería darle una bofetada y gritarle que así no se habla. Sin embargo, puedes tomar la decisión de aprovechar la oportunidad para mostrarle con la Biblia el mal que está haciendo. En Efesios 4:29 nos dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la quesea buena”. Puedes enseñarle que nuestro hablar debe ser agradable a Dios. ¿Hablaría él de esa manera si Dios estuviera presente en cuerpo? ¡Por supuesto que no! Pero la realidad del caso es que Dios está presente, y a él no le agradan las malas palabras. Tú tienes que decidir cómo tratar este caso con tu hijo.
Madre, ¿qué haces cuando tu hijo llega de la escuela, quejándose del profesor porque le mandó tarea a la casa? ¿Apoyas a tu hijo y hablas mal del profesor? O ¿decides tomar la ocasión como una oportunidad para enseñarle a tu hijo la importancia de respetar y obedecer a su profesor? Tú tienes que decidir qué es lo que vas a hacer en tal caso.
Madre, ¿qué haces cuando tu hijo quiere salir a jugar durante un día lluvioso y tú no quieres que salga a ensuciarse? ¿Le dices que afuera hay una vaca brava para que le dé miedo y no salga? Eso pueda ser más fácil que tratar de controlar al hijo o tratar de complacerlo con otra cosa. Pero ¿qué estás sembrando en tu hijo cuando usas la mentira para controlarlo? Con mentirle le estás enseñando que tú eres mentirosa y que él no podrá confiar en ti. Tú tienes que tomar la decisión.
Sí, madre, hay tantas decisiones que tienes que tomar. Día tras día, tus decisiones van formando el carácter de tu hijo y, por lo tanto, tienes que considerarlas bien. Las decisiones que tomas son de mucha importancia.
Madre, aun en tu ejemplo tomas decisiones cada día. Y con esto les enseñas mucho a tus hijos. ¿Aprenderá el niño a confiar en Dios si tú eres temerosa y afanada? ¿Llegará a vivir contento con lo que tiene si tú siempre te quejas por las circunstancias? ¿Aprenderá tu hijo a respetar las autoridades si tú hablas mal de los pastores de tu iglesia, de los profesores de la escuela, o de otras personas en autoridad? ¿Llegará tu hijo a ser honrado si tú le mientes o lo engañas ?
Querida madre, quiero animarte a tomar unos momentos para pensar en las decisiones que estás tomando a diario. Pídele a Dios dirección y ayuda para tomar esas decisiones de manera sabia.
Yo, que ya soy una ancianita, muchas veces he deseado poder volver atrás y cambiar algunas de las decisiones que yo tomé en el pasado. Pero no puedo. Es imposible. Por eso quiero animarte a tomar las decisiones que enfrentas a la luz de la Palabra de Dios y en vista de lo que quieres desarrollar en tus hijos. Así las decisiones podrán ser más agradables para Dios, y los resultados más agradables para ti y para tu familia. Las decisiones bien tomadas serán para el bien de tu familia, tu iglesia, y tu comunidad.
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